martes, 19 de agosto de 2008

La mirada

Este fin de semana, el domingo para ser mas especifico, viví un momento mágico y extraño. Mi hermana y yo estábamos aburridos en la casa y decidimos ir a cine cerca a nuestra casa. Estábamos en el lugar donde quedan los cinemas que es un gran supermercado y estábamos caminando hacia los cinemas por el supermercado… yo iba con mi atavió de cosas, cachucha, bastón, chaquetota… listo contra el frío y obviamente con mi evidente dificultad, que ya no es tanta, para caminar. De pronto apareció entre las cajas registradoras una señora en silla de ruedas adaptada para hacer mercado, sola manejándola con un poco de dificultad y me miro y me saludó como si me conociera de toda la vida y sonrió.

Tenía una paz interna ella, con una sola mirada como que se me metió al alma y me sacó toda la vida y aparte me dio tranquilidad. Me di cuenta que es verdad lo que he vivido todos estos meses, la vida es como uno la asuma. Qué fuerza, que valentía la de esa mujer y sobre todo que alegría de vivir la que se le veía a pesar de la situación que está viviendo.

Quiero ser como ella, valiente, fuerte y alegre, quiero hacer que mi vida pueda inspirar a otros a seguir sin importar la adversidad. Quiero lograr esa paz interna que vi en sus ojos y quisiera que muchas personas que conozco la conocieran a ella, de hecho yo ni la conocí, pero por lo menos vieran su mirada y se dieran cuenta que la vida es como uno la asume.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Vuelvo a decirtelo estoy orgullosa de tener un amigo como tu, besos y mas besos -Lu-

Anónimo dijo...

Dios se encarga siempre de enviar Angeles que nos ayudan a ver lo hermoso de la vida, y que siempre hay que mirar para adelante, esta señora en la silla de ruedas fue uno de esos Angeles, asi como lo eres tu para muchos como yo.

Un abrazo y mil y mil bendiciones

Jairo A dijo...

Todo lo que escribes me llega hasta lo más profundo de mi ser. Paso varios dias reflexionando sobre cada uno de los temas que has tocado. Pero este en particular me marcó. Definitivamente alguien como tú que es capaz de decifrar en una mirada tantas cosas tan maravillosas tiene un don divino y está predestinado para grandes cosas. Dios te bendiga.