miércoles, 25 de febrero de 2009

Maligno

Como me encanta hacer que la música hable por mí aquí hay una canción que lo hace muy bien. También me gusta dedicar canciones y aquí hay otra para el inquilino

Maligno
ATERCIOPELADOS

Dentro, muy dentro
como un implante
incrustado en mi interior

En mi cerebro
loop implacable
mi voluntad destruyó

Poquito a poco
tú te instalaste
¿eres huésped o invasor?

Tiñes mis días de fatal melancolía
eres el hacha que astilló toda mi vida
premeditada y divina

Cruel y despiadado
me has humillado
y sin embargo aquí estoy

Aunque me ultrajes
aunque me uses
siempre a tu disposición

Se acabó
he llegado al límite
de mi ciega devoción

Tiñes mis días de fatal melancolía
eres el hacha que astilló toda mi vida
premeditada y divina

Quiero desintoxicarme
cortar esta dependencia
antes que sea tarde

Tiñes mis días de fatal melancolía
eres el hacha que astilló toda mi vida

Les quedo debiendo el video original porque no lo logré anexar sin embargo aquí está este para quienes no conoscan la canción

martes, 24 de febrero de 2009

La muerte de un compañero de batalla

Bueno estoy hoy aquí porque murió alguien a quien nunca conocí y de quien no se mucho, lo poco que se es que era una persona que tenía algo muy similar a lo que me diagnosticaron a mi y fue como por la misma época que los dos fuimos inscritos en la universidad de la vida, a la fuerza.

Él era un famoso columnista político de mi país e insisto aunque no lo conocí, viví su historia a unos pasos de distancia ya que compartimos algunos médicos y tratamientos.

La verdad no me atrevo a hablar de él porque como lo dije nunca lo conocí y con lo flojo que soy para leer el periódico tampoco leí sus columnas.

Solo que aunque se que cada caso es diferente y que no todos respondemos de igual forma a los tratamientos. Me afecta un poco el hecho de saber que ahora mas que nunca debo vivir mi vida y saber que estoy, tal vez no en la lista de espera, pero si con una mayor probabilidad de tener que ir a rendirle cuentas a mi fiscal en el cielo.

No son ganas de envidearme solo que mientras que estamos luchando no podemos hacernos los bobos ante nuestros compañeros caídos en batalla por más desconocidos que sean y más si hacemos parte del mismo pelotón.

No quiero tampoco ser participe de una historia ajena.

Apenas leí lo de su diagnostico, que fue a unos días de saber del mio, leí los comentarios que hicieron las personas al respecto en el periódico por internet, y si bien es cierto que uno al comunicar sus ideas no es monedita de oro para agradar a todo el mundo, se me hizo un poco injusto lo que muchos escribieron.

Por más a favor o en contra que estemos ante alguien creo que prima la humanidad y en este caso entender que esta persona estaba empezando un drama personal muy fuerte.

El caso, hoy mas que nunca siento que debo nadar con mas fuerza a la orilla o a mi meta y aunque me afecta la noticia de su muerte y me quitó por un momento el aliento para seguir ya lo procesé, tomé un nuevo respiro y ahí voy, sigo luchando por llegar a mi meta e intentaré aprender de lo que esa persona intentó enseñar al mundo para hacerlo parte de mi arsenal de guerra.

Le deseo lo mejor en su rendición de cuentas y comparto, a mi manera de espectador incógnito, el dolor que debe sentir su familia y amigos.

viernes, 20 de febrero de 2009

Vamos a la playa oooooh oooOOh oh ¡¡¡¡

Listo, ya reservé mis pasajes y mis días en el hotel, mi mejor amiga va conmigo y la idea es hacer una purga mental y emocional, vaciar mi cubeta de emociones y miedos y llenarla de arena y conchitas, y un poco de agua de mar.

Planeo llorar para liberar un poquito de presión, llorar por todo lo que logré y gozarme hasta las picaduras de los mosquitos. Creo que me desconectaré tanto que solo encenderé mi móvil para llamar a mi mamá y para tomar la foto de un amanecer para tenerla en la pantalla todos los días.

Estoy emocionado y quiero que se pase el tiempo volando.

Quiero irme ya.

Nada mejor que un hit como éste para describirlo

jueves, 12 de febrero de 2009

Le digo adiós al ayer, y hola al ahora

Es momento de aceptar uno de los pasos de la recuperación, y pues así como es emocionante también genera un liguero malestar. Yo aunque no he terminado mi tratamiento ya me declaro en recuperación porque así me siento.

Se trata del decirle adiós a la persona que eras y recibir a la nueva persona que surge como resultado de todo lo que ocurrió.

Esta nueva persona, al igual que cuando se entrega un cargo laboral,  debe recibir el cargo con todo lo que el anterior encargado tenía, tiene que acostumbrarse a la forma en que la otra persona trabajaba y darle su nuevo toque personal. Debe asumir deberes y privilegios a los que no estaba acostumbrada. Debe hacerse cargo de nuevas cosas y proponer nuevas formas de hacer todo.

Esta nueva persona tiene una gran carga en sus hombros, porque debe justificar el por qué su cargo sigue existiendo y por qué está donde está.

Eso es lo emocionante, lo que deja el sin sabor en la boca, es  la persona que se va, el tener que despedirse de todo lo que tenía y era, el tener que rendir cuentas sobre todo lo que hizo o dejó de hacer, el tener que despedirse de su antigua forma de vida y de algunas personas, entender que su historia llegó hasta un punto determinado , pero el mundo sigue y es imposible pararlo solo por él o ella.

Así es la vida, cuando creí que iba a baja velocidad me di cuenta que en realidad iba muy rápido,  y de un momento a otro hubo que poner pausa a todo, ahora que hay que poner play de nuevo  no es complicado retomar a un ritmo normal, lo complicado es darse cuenta que todo alrededor continuó mientras yo me detuve a respirar un rato y a mirar mi lista de logros y fracasos.

Es como si yo fuera un VHS y me diera cuenta que mientras que yo me detuve nació el DVD, no soy obsoleto para nada, pero hay algo nuevo mejor  a lo que yo no estoy acostumbrado, y tal vez tengo mas historia y experiencia que ese nuevo, pero por el momento debo mirar cómo evoluciono y me convierto en un Blue Ray. La anterior fue una analogía tonta a cuenta de Diego Medeles, pero es una reflexión untada de dulce y amargo que debemos hacernos al intentar “retomar” nuestra vida.

Volver al ruedo implica ser mejor que antes, implica haber tenido un tiempo para reflexionar y mejorar, y despedirse de antiguas costumbres y en algunos casos de personas y logros  que eran nuestros, que nos los habíamos ganado, pero ya no son nuestras, solo queda el recuerdo de una buena gestión y los premios en la estantería.

Ahora tengo que desprenderme de mis cintas de VHS y ganarme nuevos reconocimientos, recibir un nuevo cargo.


PD: 

Y para los que me lean y sean fans de Ainoa  encontraran que mi titulo se inspiro en una de sus canciones. ¡Y …miren que puedo volar por encima del mar¡

viernes, 6 de febrero de 2009

Mi Aniversario

El día que morí y volví a nacer

Sin pretender sonar como la novela de Anne Rice “Entrevista con el vampiro”, voy a contar qué pasó el día que morí y volví a nacer, pero no a la oscuridad, a diferencia de la novela yo nací a la luz.

Hace un año me hicieron mi biopsia, era un procedimiento tan complicado y difícil que los pronósticos eran los peores, sin embargo, yo autoricé que la hicieran porque no me iba a quedar con la duda de qué tenía, en ese entonces rogaba que fuera “lo peor” cáncer ya que era de la única forma en la que me podían hacer tratamiento, de lo contrario no había casi esperanzas o posibilidades. En mi familia hay una historia que da sentido a mi decisión.

Mi abuelita tenía un tío, el Tío Cecilio, un día él se fue a una fiesta en un pueblo lejos de donde él vivía, en ese entonces el único transporte que había era el tren, el caso es que el tío Cecilio fue a su fiesta y al otro día se despertó un poco tarde para tomar el tren en la estación que lo llevaba a su pueblo. Sin embargo, estaba cerca de una de las vías por donde pasaba el tren. Entonces al verse con afán por tomar el tren para volver a su pueblo se paro al lado de las vías y lo esperó, al verlo cerca, se lanzó y pensó “ o me lleva o me mata”. Evidentemente lo llevó o no estaría contando su legado a nuestra familia.

Eso pensé el día que me hablaron de mi biopsia y sus dificultades, “o me lleva o me mata” o sé qué tengo o terminamos aquí con tanto drama, creo que un poco cruel el pensamiento, pero sensato. Sin siquiera tomarme un minuto para pensarlo le dije a los médicos en mi habitación del hospital “ok hagámosla” decisión que evidentemente los tomó por sorpresa debido a la prontitud.

Mis papás estaban conmigo en ese momento, yo les dije “soy yo y es MI decisión nada de culpabilidades luego ¿ok?”. Los médicos se retiraron y coincidencialmente apareció una monja, madre, sor o hermana (como la llamen quienes me leen) que venía a visitarme porque una amiga de mi mamá le había dicho que estaba allá.

Rezamos y dentro de mi sentí que algo me ratificó mi decisión (no sé cómo sea su relación con Dios la mía no era muy buena, pero no mala) ese día sentí que estaba a mi lado, que no debía tener miedo.

Después que terminé de rezar y que se fueron todos de mi habitación y estuve solo, no paraba de llorar, lloré mucho sentí que me estaba despidiendo de mi vida. Volví unos días a mi casa y solucioné todos mis pendientes, pagué mis deudas al mes e hice un recuento de lo que tenía de deudas y de ahorros y dónde estaban. Escribí unas cuantas cartas y me aseguré de que si surgía alguna complicación luego de la intervención que no me dejara en mis capacidades normales para pensar y vivir que no me dejaran así.

Toda mi información privada y personal se la dejé a mi hermano y a mi mejor amigo. En mi portátil y bajo clave reposaban todos esos documentos.

Finalmente llegó el día, la biopsia era a las 2:00pm y desde que me levanté hasta que salí de mi casa no pare de llorar, realmente sentía que me estaba despidiendo de todo, mi cama, mi alcoba, mi casa, mi conjunto residencial, todo.

Fuimos con mi mamá, mi papá, mi hermana y mi tía Clara, y mi tonta culpabilidad de sentir que les estaba haciendo algo malo a ellos, luego llegó mi hermano.

Finalmente llegamos a la clínica, esperé que me llamaran y mientras lo hacía volví a hacer un inventario de mi vida.

Me llamaron a que me alistara a la intervención y nos encontramos con el médico que me iba a hacer la biopsia, él nos recordó los riesgos y me preguntó, ¿quiere continuar?, yo le dije que si. Entré al vestier y volví a llorar, al salir en mi bata, estaba toda mi familia esperándome a la entrada del vestier. Yo recuerdo que les repetí que era MI decisión y que gracias por todo lo que me habían dado, que los quería mucho y que había tenido una muy buena vida a su lado. Les pedí que se fueran y le dije a mi hermano que se quedara a mi lado hasta que me llamaran, le entregué a mi hermana mi móvil y la deje a cargo de informar a quienes llamaran a preguntar por mí. Así fue, nos quedamos en ese silencio lleno de cosas por decir con mi hermano.

De pronto recordé la frase del tío Cecilio y se fue el miedo, me sentí fuerte y seguro. Me llamaron y abracé a mi hermano. Él me dijo, “ahora nos vemos”. Me acosté en la camilla y me llevaron a donde me preparaban para la cirugía.

Allá llegaron los neurocirujanos, uno de ellos fue un compañero mío del colegio, con él tuve la confianza de preguntarle todo respecto a la biopsia. Y empezaron a ponerme ese casco con tornillos fijados a mi cabeza. Luego me hicieron un TAC y a la sala de cirugía, no dejaba de sentirme como Hannibal Lecter con mi casco por los pasillos del hospital, los niños me miraban con miedo mientras que sus mamás les trataban de explicar qué tenía yo.

Llegué a la sala de cirugía y creo que nunca antes había tenido tanto público y atención para mi. Era el Neurocirujano y sus estudiantes, la anestesióloga y sus estudiantes, instrumentadotes, enfermeras y creo que un grupo de estudiantes fuera del quirófano.

La anestesióloga me dijo “como este es un procedimiento tan poco común ¿podemos tomarle fotos Diego?”, yo le respondí, “desde que no las publiquen en facebook está bien” varios se rieron y ella me dijo, “es que es para estudio”. Luego como pudieron me acomodaron la careta del oxigeno en el casco aquel y hasta ahí llegó mi vida pasada como la conocía, y mi pudor, estaba desnudo en frente de mas de diez personas. No recuerdo mas, solo que terminé con humor y ligero de ropa, jajajajaja y me dije gracias a Dios estoy tan flaco que ni barriga tengo y ya.

Luego, cuando volví a ser conciente estaba en un pasillo rumbo a cuidados intensivos, escuché la voz del Doctor Salas que me hacía preguntas y luego la de mi mamá… estaba tan feliz y tan drogado que empecé a llorar de alegría. Me parecía que no era cierto poder volver a escucharla, luego mi papá, mi hermano, mi tía Clara y mi hermana quien me dio informe de quienes habían llamado. A ese punto ya estaba cansado fueron 5 horas de la biopsia, entraron mis tíos y yo en el aturdimiento del caso solo recuerdo que pedí alguna cosa para poder orinar. Creo que mi tía Magdalena me vio como Dios me trajo al mundo.

Luego caí sedado de nuevo y me desperté y me di cuenta que la bata que tenía era diferente, mas tarde me levanté con unas ganas de comer impresionantes, era raro porque llevaba mas de 4 meses sin sentir eso, llamé a la enfermera y le pedí si era posible que me trajera algo de comer. Era como la 1:00 am y apareció ella al rato con comida, yo no lo podía creer, creo que es el caldo, el jugo y la gelatina mas ricos que me he comido, era mi primera comida luego de renacer.

Comí y a dormir de nuevo. Se me desconectó un cable y el ruido me despertó, fue cuando intenté conectarlo que fui conciente de la dismetría.

Pasaron unos días y estando en la clínica, sentí una paz que nunca antes había sentido, me sentí nuevo, tranquilo, seguro, en armonía con todo. Una madrugada me desperté y vi todo el amanecer por la ventana de mi habitación por primera vez.

Desde ese día nada ha sido igual, ese día decidí montarme en la lucha contra mi enfermedad y un año después siento que voy ganando.

Si, he llorado pero una sola vez de miedo, el resto por culpa de la quimio que me pone extra sensible

Vivir en paz es una cosa interesante, es como dirían por ahí, todo un estilo de vida. Vivir el día a día, sin penas, sin arrepentimientos y sobre todo sin miedo a lo que vaya a pasar mas adelante, solo vivir cada instante como si fuera el último.

En este primer año de mi vida he aprendido mucho más que lo que había aprendido los 22 anteriores, obvio el otro Diego sigue ahí con su forma de pensar, su imprudencia y su fastidio ante los pisos del baño mojados, pero este nuevo solo tomó lo mejor del otro y lo está haciendo los cimientos de esta construcción.

Debo aceptarlo, el último año de mi vida lo he borrado de mi mente, siento que estoy retomando todo desde diciembre de 2007 y tengo vagos recuerdos de 2008 inclusive de los buenos recuerdos.

El caso es que este es mi cumpleaños simbólico de el día que decidí vivir, dar la batalla y luchar por lo que quiero. En abril cumpliré 24 esa es otra historia, pero el 6 de febrero para mi, es la fecha en que recibí una segunda oportunidad y no ha sido fácil, pero lo difícil como que se aleja poco a poco ya pasó lo mas feo.
Lo celebraré a mi manera y yo solito, ¿qué mas regalo que el de estar vivo? Y el pastel??… jajajja podría comérmelo yo solo también.

lunes, 2 de febrero de 2009

Revisando parte de mí historia

Hace unos días un compañero del trabajo me pidió que le pasara un archivo que yo había creado para un análisis que hacemos aquí.

Yo no recordaba dónde lo había guardado, sin embargo esculqué en todas mis carpetas de antes, y finalmente lo encontré.

Me puse revisar no solo ese archivo, sino muchos mas que encontré por el camino mientras lo buscaba, y me di cuenta que aparte de todo, yo era bueno en mi anterior cargo, no digo que perfecto porque nadie lo es, pero tenía mis momentos de genialidad.

Ahora que tengo que desprenderme de lo que era para aprender a quererme como soy ahora y a aceptar lo que tengo ahora, me da rabia no haberme dado cuenta de eso en su momento. Lo que duele es que no fue solo con eso, con muchos aspectos mas en los que yo me sentía menos, en los que realmente no lo era y ahora los extraño, porque me di cuenta que no era como yo lo imaginaba.

No puedo vivir del pasado pero duele desprenderse de él y a esas cosas bonitas que hasta ahora veo, y si soy quien soy es gracias a mi pasado. Pero lo tengo que dejar atrás, como en esa historia de la Biblia en la que no podía mirar atrás o se convertía en una estatua de sal. ¿si miro atrás pierdo? Parece que si entre más reviso mí pasado más nudos se me hacen en la garganta. Y no es solo con eso, las fotos, cuadernos de notas de la universidad, cartas, en fin…

Hay muchas cosas que aún no acepto, y hay cosas que me asombran de lo que era y son muy bellas, pero ahora que estoy al medio o en algún lugar de esta historia, me gustaría ser el de antes con la forma de pensar que tengo ahora.

Quiero volver a correr a reírme, a trabajar como antes aunque era pesado, ir al gimnasio, salir solo al centro, comprar dulces en el centro comercial. Ahora soy feliz porque estoy vivo y tengo una vida maravillosa rodeada de grandes personas, pero extrañar y paciencia se han convertido en las dos peores palabras en las que puedo pensar en este momento.