miércoles, 8 de abril de 2009

Un par de ángeles

Hoy en quimioterapia ocurrió algo que nunca antes me había pasado. Conocí un par de ángeles. Y tranquilos no es producto de las medicinas en mi cerebro ni nada. Son dos niños que se sentaron cerca donde yo estaba.

Quien me conoce sabe que los engendritos y yo poco (entiéndase como engendritos = niños).pero estos dos tenían algo mas que los hacía especiales, aparte de sus alas.

Los dos tenían algo parecido a lo mío porque estaban operados, cuando es en la cabeza se nota. Y estaban en radio y en quimio.. tenían sus marcas de radioterapia y eran visibles como lo fueron las mias en su momento.

Juan y Sofía, que nombres tan bonitos, y que niños mas lindos, sonreían con todo y hablaban de comida. Juan es mayor que Sofía y se comportaba como un hermano mayor aunque no son hermanos. Juan tenía algo parecido a la dismetría que yo tuve, pero mucho mas fuerte, sin embargo sonreía al mostrarle Sofía que ya podía mover los deditos de la mano.

Que sonrisas tan bonitas y que lindos cuando les llevaron buñuelos para comer. Yo soy difícilmente enternecible, pero Juan y Sofía lograron tocar mi corazón. Me dieron una cachetada y me hicieron ver que he logrado bastante y que no debo añorar tanto lo que perdí, sino dar gracias por lo que tengo.

Créanme no tengo palabras para describirlos Juan y Sofía son como un gran faro en medio de la oscuridad para mi. Y detrás de ellos sus mamás, un par de mujeres muy jóvenes con ese gran alo de amor como el de mi mamita. Yo soy hombre y debo decir las mujeres tienen algo mas que nosotros, son unas guerreras, unas luchadoras y cuando son mamás mucho mas. Al igual que mi mamá, ellas dos se les veia ese gran amor que le tienen a sus hijos. Gracias por mantenernos vivos y por darnos la vida cuantas veces sea necesario. Que los papás no se pongan celosos, ellos también tienen un papel importante en todo esto. Solo que las mamás se ganan el protagónico en estas historias.


Volviendo a Juan y Sofía, estoy sin palabras, que gran lección de vida me dieron, y creo que seguiré escribiendo sobre ustedes luego, cuando salga de mi asombro y pueda digerir todo lo que aprendí de ustedes sin siquiera cruzar una palabra, porque no me sentí capas de decirles nada.

3 comentarios:

JP dijo...

Mede

Bien lo decia Jesus hace muchisimo tiempo.

Hay que aprender de los niños, de su nobleza y la puereza de sus mentes.

Dulós, 46 años, periodista. dijo...

Precioso relato y precioso el corazón que tu tienes.
Cuídate!!!
Te visitaré, seguro que nos ayudamos!
Besos

Anónimo dijo...

Cúanto aprendemos de los enanos eh... Sin pretenderlo te han demostrado que nunca se pierde la sonrisa, a pesar de...

Un abrazo y dale otro de mi parte a Sofía y Juan...